sábado, 5 de diciembre de 2009

Gastronomía potosina, la excelencia de una tradición


Al igual que en la mayoría de los estados de la República Mexicana, la influencia de la cocina española es evidente en la comida potosina, aunque regionalmente encontramos marcadas variaciones entre los platillos del Altiplano, de la Zona Media y de la Huasteca, en gran parte debido a las diferencias de clima y de vegetación.


Conforme bajamos hacia la Huasteca, en la Zona Media (Río Verde) vemos platillos como las Enchiladas rioverdenses, siempre servidas con una pieza de pollo de carne oscura y bañada con una sabrosa salsa de jitomate; aquí los dulces cambian y encontramos los batidos de cacahuate, que son unos piloncillitos mezclados con ajonjolí (pero si los quiere más finos, con nueces surtidas y pasitas), y las chancaquillas, tortitas hechas a base de piloncillo y calabaza de pepita tostada.

En la Huasteca, los platillos a base de pescados y mariscos son inigualables; tenemos, por ejemplo, la negrilla (un pescado de la región) cocinada de mil maneras; las acamayas, especie de langostino de agua dulce, ¿y qué decir de las regias ensaladas de palmito, que en esta región crece como plaga, y de los quesos de bola rellenos de crema? No podemos olvidar el gigantesco zacahuil, tamal que puede llegar a pesar hasta 30 kilos, al que rellenan con pollo y lomo de puerco y envuelven en hojas de papatla y de plátano, para luego hornearlo en horno de leña durante toda la noche.

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